El escudo nacional original de 1844 como fue concebido por los Trinitarios
A 19 días de las elecciones generales en la República Dominicana la situación post electoral no podría ser más traumática para el electorado del país caribeño de mayor vocación democrática:
• Los 5 (cinco) miembros de la Junta Central Electoral (JCE)
divididos y enfrentados;
· Los 6 (seis)
principales ex candidatos Presidenciales de la oposición, rechazando los
resultados preliminares emitidos por la JCE en todos los niveles;
• Más de 212 (doscientas doce) impugnaciones ante
el Tribunal Superior Electoral (TSE);
• Huelga de hambre de 5 (cinco) de los
principales ex candidatos a Alcaldes en Santo Domingo Este por más de una
semana; y
* Una percepción generalizada dentro y fuera del país y no es percepción
de "fraude" electoral.
El alto número de resoluciones “remiendos” emitidas por el
Tribunal Superior Electoral ordenando reconteos en diferentes lugares del
país, reportajes factuales en los diferentes medios locales sobre valijas
electorales ocultas, desaparecidas, unas quemadas y otras que aparecieron
contadas en demarcaciones no correspondientes, el fallido funcionamiento
intencional de equipos modernos o scanners que le costaron millones de
dólares al erario público y que a casi 3 (tres) semanas sin decisión e
información oficial de resultados, las elecciones del pasado 15 de mayo del
2016 apuntan a ser consideradas las peor organizadas, al mismo tiempo que las
más cuestionadas para el electorado en las últimas décadas.
Es que tanto el
proyecto de la reelección así como el fraude electoral comenzaron a ponerse
en movimiento desde el mismo momento en que salió al aire la “primera
encuesta” (acomodadas, por supuesto), la cual favorecía al incumbente Danilo
Medina con proporciones más allá de todo raciocinio. 90% de popularidad, 80%,
70%... mentiras inauditas que se repitieron tanto que se conviritieron en
posibilidad primero y dizque en realidad después. Y a estas encuestas le
siguieron cien más durante los próximos tres años repitiendo la misma
supuesta tendencia. Esto se hizo para manipular, acostumbrar y sedar al
electorado, por adelantado, a una supuesta y descomunal victoria del
oficialismo.
Las sobre valuaciones de votos “computados” en boletines por
encima de los universos de electores en Santo Domingo Este y San
Juan de la Maguana, entre otros, significativamente apuntan más a “asignaciones
de votos” que a elecciones.
A esto le siguió la manipulación adrede de los escáneres
electrónicos, los cuales en las pruebas fallaron inicialmente, para que toda
una oposición unida gritara intentona de fraude, y demandara conteo manual. Y
ahí, dizque a regañadientes y para dar la imágen de acogimiento a la
legalidad, la JCE morada concedió su petición a la oposición para efectuar la
parte dos de su plan: Alterar, usurpar, cambiar, quemar, trocar y reemplazar
las actas y las urnas para robarse las elecciones. "El perro se robó el hueso
que no era de él".
Aunque se pretenda disimular “para diluir el fuego devorador
de la grave crísis post electoral” creada por las mismas autoridades
electorales y hasta del mismo gobierno –especialmente el Presidente de la
República Danilo Medina- que actúan de forma normal y en aparente
indiferencia ante todos estos hechos, lo cierto es que el nivel de protestas
no se ha detenido en todo el territorio nacional y comunidades del exterior;
han habido varias muertes y apresamientos en las maniestaciones públicas
contra los resultados preliminares de la JCE, y este malestar generalizado
está comenzando a afectar a varios niveles las actividades del país, como los
servicios de las principales municipalidades, entre otros.
En una inusual alocución a la nación, el presidente de la
Junta Central Electoral (JCE) Roberto Rosario Márquez hizo serias pero
irresponsables acusaciones (ya que no mencionó nombre alguno ni pruebas) de
que hubo intentos de alterar y suspender las elecciones a media tarde del
domingo 15 de mayo, según sus fuentes de inteligencia; sin embargo, como jefe
de la policía electoral que lo fue, todos los precintos de votaciones estuvieron
bajo vigilancia estricta de la JCE, y todo procedió de acuerdo a lo planeado
por dicho organísmo.
Su alocución al país, a “su selva” como bien lo considera el
muy instrumental y truculento jefe dictatorial electoral, no es más que el
gruñido de un animal salvaje que quiere que lo dejen tranquilo devorándose la
carne robada. Es el reclamo con los dientes al aire de la ilegalidad
maquiavélica, así como de la asociación de malhechores que encubre, la cual
solo quiere y espera, tal como lo ha programado, que el país de salvajes en
el que vive los dejen tranquilos, pero no se le va a dar, ese hueso en
realidad no les pertenece, es propiedad del pueblo Dominicano!
Nos apegamos todos los Dominicanos a los principios, los valores y especialmente a que el país recupere el régimen y amparo de los dogmas de la Democracia que tanto sacrificios nos ha costado, ese es el llamado que impera ante la crísis de este “atolladero”post electoral, empeorado por la falta de credibilidad de un organísmo dirigido por un “Gorila jefe tribunal de la selva, donde nadie quiere que vivan sus hijos, tampoco”.
Para que merezcan respeto, ustedes primero deben repetar a los auténticos dueños, amos y soberanos de la República Dominicana, a los hombres y mujeres del país!
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Sobre la autora:
La licenciada Yunis
Segura es Ex Candidata a Diputado al Congreso Nacional por la Circ. 2 de
Ultramar
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