Dentro de 5 años o en una década hacia adelante la historia que ha vivido la República Dominicana desde el 1996 hasta este siglo XXI va a ser verdaderamente escrita y registrada con todos los actores que habrán sido responsables de la decadencia de una sociedad que pudo ser digna de mejor suerte.
Y decimos desde el 1996 que marca una "nueva era" porque luego del ajusticiamiento del dictador Rafael L. Trujillo Molina en 1961, los dominicanos hemos tratado de alcanzar un país posible bajo el SISTEMA DEMOCRATICO anhelado por miles de jovenes patriotas desde antes del nacimiento mismo de la República en el siglo XIX con Juan Pablo Duarte y la pléyade de su generación que idearon, plasmaron y lograron la independencia de la República Dominicana en 1844, luego de invadida y ocupada por el naciente país de Haití, que justamente habia salido de una revolución de alto contenido racial y contra la esclavitud en 1801.
La DEMOCRACIA dominicana, tan luchada y ansiada y por la que han muerto tanta gente valiosa en los tres siglos (XIX - XX y XXI) esta en "pronósticos reservados" en a la luz de los acontecimientos que se observan en el 2019.
Las señales son claras: un partido político, surgido como nuevo "brand" de otro, que se funda en el exilio en 1939 debido a la dictadura de entonces, es 80 años después una mutación degenerativa de la era de Trujillista y ahora en el ejercicio del poder por más de 20 años, acaba de dar su zarpaso y salto al totalitarismo de estado pues además de mayoría en el CONGRESO con ambas Cámaras, tener el PODER EJECUTIVO, las Altas Cortes, influencia en la JCE, controlar el 4to poder con $13.5 millones diarios del presupuesto nacional en publicidad de Estadeo: eligen un presidente de la Suprema Corte de Justicia, miembro del Comité Central del partido oficialista, activista de campaña del actual Presidente y comprometido con el "stablishment" y/o status quo que gobierna hoy la República Dominicana bajo el manto de la corrupción con absoluta impunidad.
El Consejo Nacional de la Magistratura, hechura del "pacto de corbatas" entre Leonel Fernández y Miguel Vargas Maldonado en el 2010 (PLD-PRD) y que hoy se han fusionado, volviendo a sus raíces, pero trabajando separado para obtener más recursos de la JCE, fue el inicio de todo lo que se ve en la República Dominicana, ahora, ahondado más por la falta de escrúpulos, apego a la ética y los principios de los que están gobernando.
El nuevo Presidente de la Suprema Corte de Justicia (2019) bien conocido como activista político y funcionario del régimen actual fue electo con el voto de los 6 miembros de su propio partido, comenzando por el Presidente de la República.
Para que tengan una idea de cómo fue la votación y de acuerdo a reportes de medios locales, así fueron electos los "nuevos" miembros de la SCJ:
Con la totalidad de los miembros del CNM, o sea 8 votos:
1) Rafael Vásquez Goico
2) Nancy Salcedo
Con 7 votos
3) Vanessa Acosta
4) Samuel Arias Arzeno
5) Napoleón Estévez
Con 6 votos
6) Luis Henry Molina (de los 6 miembros de su partido, José Paliza se abtuvo, Josefa Castillo, en contra)
7) Frank Soto (con 5 votos de miembros de su partido porque él no podía votar por sí mismo)
Si de algo podemos sacar provecho sobre este proceso de escoger "jueces" en la República Dominicana es que ha quedado muy lacerada la credibilidad de la misma, especialmente cuando se juzga el caso más escándaloso de sobornos, estafa y corrupción del país como es ODEBRECHT y donde las administraciones del gobierno desde el 1996 han estado involucradas en este y otros casos calificados de deshonestos y desfalco al erario público, como por ejemplo el más reciente de la Planta de Carbón Punta Catalina.
Este CNM débil de conocimiento sobre reglamento, normas, principios, respeto y ética personal, profesional e institucional, fue capaz de pretender destruir delante de todos la la hoja de trabajo transparente y decente de la jueza MIRIAM GERMAN BRITO, la cual dejaron fuera de esa "nueva SCJ", porque es muy recta, directa y tiene criterios diferentes a los que buscaban los 6 miembros oficialistas. Descendieron tanto, que fueron capaces de mentir, conjurar, atacar, acosar, maltratar, coartar derechos constitucionales y violar los propios reglamentos de los que estan obligados a regirse. Pero Miriam Germán Brito tiene un lugar privilegiado en la historia de la República Dominicana por su coraje, y un ejemplo vivo para las futuras generaciones que deseen servir en el poder judicial. Los otros iran directo al árbol de lo gris y oscuro.
La democracia de un país se mide por el nivel de su justicia, por lo tanto, cabe indicar, que la democracia dominicana está en "pronósticos reservados" hasta que el pueblo sienta que verdaderamente es justa e igual para todos.